Verdades
en Contexto... Hoy los jóvenes enfrentan una vida compleja, ante
una crisis generalizada de valores, y un constante cambio en todo, necesitan
con urgencia consejo y orientación para estar preparados
para afrontar los retos en medio de una sociedad egocéntrica,
confundida y con poca expectativa de vida por las epidemias mundiales, las
guerras y la difícil situación económica.
La mayoría de los jóvenes crecen frustrados y por
esta razón optan por el ocio... No tienen metas claras, no
asumen responsabilidades y ante la poca o nula, autoridad de sus padres se
rebelan contra todos los principio morales necesarios para una vida mejor.
Instruir a
los hijos es un mandato divino... Enseñarles los principios de la
palabra de Dios, es algo valioso porque les enseña el valor del tiempo,
de la disciplina y la obediencia. Tristemente son pocos los padres que lo
hacen... La mayoría de adultos viven una fe nominal,
"no" efectiva en sus vidas, es común que los hijos se den
cuenta que predican pero no practican.
Los
jóvenes andan distraídos... Refugiados en los juegos, en las modas, en
el Internet, en los amigos. No pueden discernir entre lo bueno y lo
malo. Por su rebeldía y poco experiencia terminan siendo adictos al licor,
a la pornografía, a las drogas, al cigarrillo y al dinero fácil. A temprana
edad conciben ideas y pensamientos suicidas, y la mayoría de las
jovencitas tienen embarazos no deseados y abandonan sus estudios. Ante este
desorden social es bueno que los adultos piensen seriamente en hacer un "Pare" a
tiempo, para instruirlos y educarlos con ejemplo de vida para que evitar que
más adelante vayan a una cárcel, a un hospital o al mismo cementerio.
Es necesario orar y pedir a nuestro Señor Jesucristo que les conceda el don del temor santo y reverente hacia Dios para que entiendan que todo tiene su tiempo y que aunque todo este permitido no todo les conviene.
Donde
están los padres que dicen amar a sus hijos?... Ciertamente quien ama su
descendencia dialoga, escucha, perdona, enseña con paciencia el valor de
la sabiduría, el amor y el dominio propio. Los hijos se educan sin
golpes, sin insultos. Lo bueno es que puedan entender que los límites son
necesarios para salir adelante en esta vida.